A la rueda rueda... Cuando somos pequeños jugamos a dar vueltas, a girar en la rueda del parque, a jugar agarrados de las manos y seguir dando vueltas. Muchas veces estas vueltas nos hacían ver la cosas de manera diferentes. Otras solo veíamos cosas sin forma y algunas veces cerrabamos los ojos en señal de temor. Así mismo ocurre con las situaciones que vivimos a diario. Cerramos los ojos para no ver lo que se nos pasa rápiso, otras veces nos dejamos llevar sin oponernos damos nuestras manos para que den vueltas junto a nosotras y otras veces caemos donde podamos como sea con tal de "caer". Sabes, eso de que da igual donde y con quien lo que importa es caer. Si vemos todo con los ojos de águila podemos darnos cuenta de que las cosas siempre tienen un tono distinto en su interior. Que la naturaleza de las cosas tiene su orígen en lo que pensamos acerca de ellas. Que la vida es cíclica y sí, a veces es bueno dejarse guiar; más no llevar. Ya que si se quiere solo dar vueltas eso se puede hacer en el parque pagas giras y te vas. Creo que cuando ya hemos dado suficientes vueltas alrededor del mismo error lo mejor es sencillamente cambiar. Salirte de ese círculo vicioso y volver a comenzar. Después de todo la vida se compone de momentos, de ensayos y de errores. Aceptar nuestros errores dentro de esa rueda enorme llamada vida es tambien una nueva forma de jugar a la rueda rueda. Es bueno ver de vez en cuando los espirales que estas reflejando en tu vida, así sabrás cuántas vueltas estás dando para no verte en el espejo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario