En la anatomía de la vida se dibujan las experiencias, unas malas otras buenas pero siempre quedan grabadas en el subconsciente por algo especial. Somos infinitos reflejos de infinitos pensamientos de infinitas creencias en las que sencillamente decidimos creer. El más ligero cambio muchas veces no es percibido pero, si nos detenemos un instante dejando de girar alrededor de la vida percibiendo, sintiendo; los vemos sin buscarlos. Un paso adelante, un cambio de color, unos kilos menos, un nuevo empleo, una nueva habitación o un nuevo apartamento. Tal vez un dinero extra, algo ahorrado. Todo, absolutamente todo simboliza cambios y como tal son transformaciones. A fin de cuentas mientas más aceptemos estos pequeños cambios la suma de ellos harán sin duda una nueva vida. Llena de cosas nuevas. Si nos detenemos a observar desde la óptica de nuestras mejores intenciones, allí está esa hermosa realidad esperando que la destapemos como un gran regalo. Este fin de año haz tu balance y coloca de un lado y del otro las ganancias, no cuentes las pérdidas ya que es un hecho que no están de lo contrario no se llamarían pérdidas. Pues si, mira lo que tienes para continuar y mira dentro de ti toda la gamma de herramientas que has adquirido con todas tus experiencias y desde este instante ve formando tu abanico de posibilidades. Coloca todo dentro de este enorme abanico y ábrelo, disfruta viendo todo lo que tienes por delante, todo lo que te espera, todo lo que quieres, como lo quieres. Allí está! Disfrútalo. Dale la bienvenida a tu realidad. Abraza ese reflejo dentro del espejo y date esa gran oportunidad de VIVIR!!!
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