Cuando tenemos algo nuevo en nuestra vida inmediatamente creamos una pequeña adicción Y es que nuestro cerebro siempre busca la novedad.A través de estímulos nuevos, las neuronas se activan y nos dan una sensación de bienestar. Todo lo que resulta nuevo, diferente, despierta al instante nuestros sentidos y nos hace vibrar con mayor intensidad. Esto nos da la impresión incluso de estar enamorados.
4 formas de vivir con intensidad
Sosegar la mente. La mente siempre pide más. Y a menudo, cuando logra lo deseado, surge una nueva insatisfacción. Es preciso aprender a sosegar la mente, utilizando el medio más adecuado para cada persona: relajación, meditación, técnicas corporales…
Vaciar los sentidos. El exceso de estímulos e información nos sobrecarga y reduce nuestra capacidad de sentir. Cada vez necesitamos mayor intensidad debido al efecto de la tolerancia, y porque estamos acostumbrados a movernos en un estado de actividad y estimulación muy alto. En lugar de seguir llenando podemos elegir vaciar: buscar en algún momento el silencio, la calma, escuchar con los ojos cerrados, relajarnos en la inactividad...
Conectar con las sensaciones. La búsqueda obsesiva de novedad a menudo nace de la razón. Por eso es importante volver a conectar con el propio cuerpo y las sensaciones, pues allí se encuentra nuestra capacidad genuina para disfrutar. Intenta escuchar a menudo lo que estás experimentando en este mismo momento. Fíjate en las sensaciones corporales, la tonalidad de la luz, si sientes frío o calor, qué zonas están relajadas y cuáles están tensas, las emociones que aparecen…
Enfocar la atención. La satisfacción que tanto se busca no se encuentra haciendo muchas cosas o muy interesantes, sino saboreando la peculiaridad de cada instante. Sumérgete en la experiencia, sin comparar
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