
Tengo la sensación de un bonito día, de un amanecer fresco.
El regocijo de la alegría, el brillo salado del sol.
Tengo las ganas de vivir rodeadas de empalagosos momentos,
junto a ciertos recuerdos que conforman este hermoso instante.
Siento un futuro rebosante de sencillez,
la felicidad absoluta que me da un nuevo día en mi universo.
Descubrir los sentimientos de los que están a mi lado,
descifrar los gestos y escudriñar las sensaciones.
Tengo hoy el gusto en mi boca de un gran día,
de la seguridad en mi misma, de la hermosura del conocimiento.
Es lo plácido del sentirte bien ese deseo que se mueve por mis venas.
Aventurarme a revivir el amor, colorear las frases,
dibujar las palabras...
Tengo la sensación de libertad en la ligereza del aire, donde revolotean las palomas así abro mi vida.
Ese bello pensamiento que se columpia dentro de mí y me llena de posibilidades.
Las múltiples alternativas que tengo todos los días, las inverosímiles leyes que guían cada día.
Tengo así la sensación de que todo es perfecto,
de un buen café mañanero, respirar el olor a tierra húmeda, ver el rocío en cada hoja, sentir el verde de las plantas y el azul de inmenso cielo.
Tengo hoy esa emoción natural que me brinda la vida,
sin apuros, sin presiones.
Con la exquisita melodía de las aves que pasan, con el ruido incesante de los carros que circulan, con una vida que sigue su rumbo acelerada.
Tengo hoy la sensación de un bello día, de un día feliz.
De un hoy que llega lejos y me dice que será fructífero mañana...