
Colores que cambiamos en cada momento de cada día para obviar quizás los colores que llevamos en el alma.
Y es que pitamos de blanco lo que consideramos impuro
o coloreamos de verde para darnos alegría.
El rosa es mas bien ese disfraz del alma donde la vida parece diáfana y algún sentido.
Buscamos incansables un lugar donde estar; ese sitio en el cual nos sintamos a pleno gusto en perfecta armonía, en concordancia con el universo y nuestro pensamiento pero; para cuando estamos listos de comenzar a vivir lo que tanto hemos planificado?
Perseguimos el camino de nuestra propia felicidad con los colores prestados incluso con las fotos prestadas o la vida prestada por escasos segundos y aun así pretendemos ser felices y vivir sin riesgos?
Transitamos en el camino de los lamentos y esperamos que al llegar a algún lugar donde se supone hay solo felicidad recuerdas que ya has roto la mita de tus recuerdos y ahora comienzas a revivir de nuevo a unir viejos momentos que enlazas a los prestados que recuperas de algún bote de basura o tal vez alguien los ha guardado...
Pero insistimos en continuar
en algún lugar sin saber donde,
en algún lugar sin saber cuando,
en algún lugar sin saber por que lo hacemos
y quizás en algún momento logremos
lo que imaginamos
dentro de tanto que ya no tenemos
y todo lo que hemos dañado...
en algún lugar sin saber donde,
en algún lugar sin saber cuando,
en algún lugar sin saber por que lo hacemos
y quizás en algún momento logremos
lo que imaginamos
dentro de tanto que ya no tenemos
y todo lo que hemos dañado...